lunes, agosto 31, 2009

El mundo taxial los cría, y ellos se juntan



La mitad de las vacaciones las he pasado buscando mi taxi.



Una mañana me disponía a coger mi coche, cuando al ir acercándome al lugar en que lo había dejado, me fui dando cuenta que no estaba, ¡había desaparecido!. ¡Mecagüen tó lo que se menea!! Asombrada y muy cabreada, tuve que ir al cuartelillo de la Guardia Civil y poner una denuncia. Los guardias, una vez terminados los trámites burocraticos, me dieron unos golpecitos en la espalda y me dijeron:
-Tranquila, quién va a querer un taxi de Madrid en Asturias?? Cabizbaja, salí a la calle y me dispuse a buscarlo por tierra y mar.
Hice una búsqueda en profundidad por lo alrededores, miré en la playa, en el monte, por las calles, en las alcantarillas, pregunté a los paisanos y nada.
Pasaron los días, las noches, las vacaciones se terminaban y mi querido octavia seguía sin aparecer, por lo visto lo había perdido para siempre...
El día anterior a volverme a Madrid, ya con el billete del "alsa" en el bolsillo, me llevaron a un pueblín para comprar queso y requesón, que es lo típico que te traes de allí junto con una sidrina y las "morcielles", cuando a medida que iba subiendo la cuesta, me pareció ver un coche con una capilla y pensé -anda un colega al que le gusta el requesón. Llegué axfisiada, entre el calor y los varios cigarros que llevaban mis pulmones... Se me ilumino el alma al reconocerlo, y no era el mío sólo, eran dos.
Mi querido octavia y un taxi de Barcelona. Estaban cerrados y nadie había forzado las ventanillas. No entendía nada. Saqué las llaves y lo abrí, todo estaba en orden, salvo que sonaba la radio... en stereo, ya que el de barcelona tenía sintonizada la misma melodía.

Si estaba por allí el dueño del negro y amarillo, yo no encontré por más que busqué, así que allí se quedó.
Todavía me pregunto, por qué al día siguiente al volver a casa, si no llovía, no paraban de resbalar grandes goterones por el cristal .

Buena Caza!!!

jueves, agosto 27, 2009


Últimamente me están pasando cosas un poco extrañas. Me levanto sobresaltado a las cuatro de la mañana con unas ganas locas de conducir, no hago más que mirar con cierta desilusión el vacío que hay en el centro del salpicadero del coche de alquiler, gracias al vago recuerdo de que allí había algo, me sorprenden esas caras mitad divertidas mitad extrañadas al ver que un coche colorado amaga con parar al momento de levantar sus manos, incluso algún taxista autóctono de la zona me ha mirado con cara de incredulidad ante esas malas costumbres que tengo. Seguro que se fue pensando “mira el listillo este que me la quiere liar”.
¿Por que me pasará esto? Vale que me gusta mi trabajo y que me lo paso como un enano durante esas largas jornadas, pero estoy aprendiendo el significado de la palabra vacaciones. Lejos del mundanal ruido y de mi queridísimo altea, al cual dejé con una sonrisa permanente al enterarse de que no lo iba a arrancar durante tantos días.
Menos mal que cuando me despierto tras esos incomodos y tempranos amaneceres veo ese tranquilo y oscuro mar, atento a mis sueños, permitiendome olvidar completamente todo eso que en los últimos meses colmaba mi día a día. Me enfrasco mirándolo, puedo pasar horas y horas sumergido en esas aguas tan cálidas y a la vez misteriosas, me dejo mecer en sus olas, rodeado de ese intenso y placentero gruñido. Me siento transportado a un mundo de calma absoluta, mi cabeza vuelve a funcionar según unos parámetros medianamente decentes, dejando salir las cada vez más estresantes y alocadas ideas que me invadían. Poco a poco voy consiguiendo una serenidad de la que ya no me creía capaz. Respiro hondo de nuevo, no recuerdo lo que son las prisas, los incesantes atascos, esas infinitas horas frente a las calles de nuestra ciudad.
Así, este mar que me rodea me está enseñando como dejar de estar anclado por unos días a esa realidad en la que vivimos, esa libertad que nos llena por dentro y nos embarga de una felicidad indescriptible.
Y aquí estoy, abandonado en una especie de mini paraíso, con la mejor compañía que puedo desear, unas vistas de infarto, una piscina donde te metes para calentarte (no deja de sorprenderme) y un sin fin de playas de arena blanca y aguas cristalinas donde no hacen falta gafas para ver los peces en el fondo.

lunes, agosto 24, 2009

Deporte Extremo ( o de alto riesgo )

Cada día estoy más convencido; a los taxistas nos atrae el riesgo, la aventura, lo desconocido... en definitiva ! el peligro ! Y yo, este verano, ni rafting ni puenting ni ... nading, he decidido practicar " rosquing "; un tipo de " deporte extremo", en el que la adrenalina es tu peor aliada.
( Doy fe de esos momentos de " tensión incontenida ", mediante la imagen adjunta ).
¿ Queeeé ? ¿ No veis en la foto, peligro, riesgo, tensión, ni tan siquiera aventura ?.Pues que sepáis : LA PLAYA ESTABA INFECTADA DE MEDUSAS, Y ADEMÁS CASI PIERDO EL BAÑADOR.
!No te jode ! ( Grrrrrrr )

miércoles, agosto 05, 2009

Vacaciones I


Asturias es para los asturianos la verdadera España, la única no conquistada y la que conquistó a España cuando Pelayo desde Covadonga empezó la reconquista. Tierra verde, lluviosa a veces, y nubosa casi siempre, cada año atrae más turismo nacional buscando deleitarse los ojos y los sentidos con paisajes y comidas se debate entre mantener su esencia o conquistar más turistas.
--...los astilleros desaparecerán en el 2011 y en lugar habrá un puerto deportivo que atraiga un turismo de calidad...--- Nos habla el dueño de un alojamiento rural contemplando la vista de la ciudad desde los altos.

Sin embargo hay quien no coincide en las mismas ideas y quiere, ahora más que nunca, mantener los centros de trabajo y no jugarse todo a un turismo que puede alterar la tranquilidad de lugar.
Fabadas, sidras, quesos, leches, carne de vacas asturianas...en tu casa, o en un restaurante al borde del puerto como los que hay en Puerto de Vega cuyo pasado esta presente en fotografías de tremendas olas de espuma blanca saltando espigones, y el recuerdo de la pesca ballenera que desapareció del Cantábrico por la avaricia de estos pescadores y de sus homólogos vascos.

Asturias siempre vale una visita aunque sea por pocos días.