jueves, mayo 21, 2009

Un respiro



Por fin viernes, lo que para otros puede ser un largo día de trabajo, resulta ser, curiosamente, la luz blanca al final de una semana interminable, cinco días de madrugones, atascos, clientes encantadores (y otros no tanto), y me gustaría decir que grandes y satisfactorias cajas, pero bueno, queda compensado por los grandes momentos con los compañeros de faena con los que los comparto.
He llegado a casa, después de la rutina, sin saber que hacer, y en una inspiración, y con buena compañía, he cogido el otro coche, sorprendido al no ver ese pedazo trasto ocupando media luna, y nos hemos adentrado en la inmensidad del centro de Madrid. Eso si, una novedad, esta vez aparcando el coche con el extraño fin de recorrerlo andando.
Lo primero que me sorprende es que empieza a darte el aire de la calle en la cara, sin ser frío y seco como al que estoy acostumbrado, puedes ir despacito, mirando para arriba, observando las azoteas de esos titanes de la ciudad, esos que habitualmente rodeamos, dejándolos allí impasibles, sin prestarles la más mínima atención. Descubrí detalles que con el tráfico ni te imaginas que están allí. Terrazas de bares en los tejados, gárgolas que te miran desafiantes, un sinfín de carteles y detalles que los diferencian de cualquier otro edificio de la ciudad.
Siempre he pensado que era una ciudad con las tres cosas conocidas que llaman la atención, museos, plazas y demás, muy limpia, eso si, gracias a esos magníficos camiones manguera que casualmente siempre consiguen entrar en las calles un poquito antes que tú.
Disfrute como un enano caminando sin un rumbo fijo, sin prisas y sin que me agobiara nadie, por el mero hecho de descubrir cosas que habitualmente se escapaban a mi percepción.
Una experiencia que le recomiendo a todos los compis taxiales estresados que quieran disfrutar de lo que en otra circunstancia sería una impensable y excéntrica idea.
Menos mal que para volver a casa condujo ella. Así, escuchar esos queridos pitidos era casi gratificante al hallarme ajeno a todo eso, mirando al cielo por la ventanilla, poniendo moreno el otro brazo para variar. Cualquiera que me hubiera visto...

6 comentarios:

  1. Ya te digo tío, yo lo hago a menudo, mola ir en el coche cuando conduce otra persona y no te digo nada con eso de pasear por el foro, sin prisa solo por pasear, lo que le da tiempo a uno de observar; una delicia.

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  2. Adoro Madrid!!

    Gracias por el paseo :)

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  3. Y que me dices de esas calles peatonales que los "pelas" no transitamos ni a tiros, parece que no exitieran, pero mola disfrutarlas cuando te dás un pingüi por el Foro, Que no?

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  4. Y la gente cuando le toca un premio solo piensa en comprarse un coche, con lo agusto que se va con chofer

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  5. Y luego hablan de París, Londres, Nueva York, Tokyo, ! amosss no me jodas !

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  6. Ese paseo subiendo la vista por la calles de Madrid, es sorprendente descubrir algunos edificios, es un buen ejercicio para conocer esta ciudad.
    de madrid al cielo....

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